Cultura 14 septiembre 2016

Tomás Arévalo, el dueño de la bicicleta de Jean Maggi
Junto a su ejemplo de superación y motivación, este obsequio abrirá nuevos caminos en la vida de Tomy.

Junto a su ejemplo de superación y motivación, este obsequio abrirá nuevos caminos en la vida de Tomy. “Acá está el dueño de la bicicleta”, fueron las palabras que dijo Maggi mientras bajaba la rampa del escenario del Auditorio del Centro Cultural y se encontraba con Tomás y con su mamá, Valeria, quienes, al igual que muchas otras personas del público, tenían deseos de saludarlo personalmente y de tomarse una foto junto a él. No se conocían previamente, Juan no sabía quién es Tomás y qué discapacidad tiene, sin embargo, su expresión fue tan espontanea que emocionó a todos los que estaban alrededor en ese momento; instante que, indudablemente, cambiará la vida de Tomy de ahora en adelante. La Fundación “Jean Maggi”, con sede en Córdoba, recorre diversos puntos del país brindando charlas de motivación para las que no cobran. Simplemente le piden, en este caso, al Gobierno de Chajarí, que done una bicicleta adaptada a alguien de la ciudad. Valeria no estaba en conocimiento de que hacía alrededor de 3 meses, desde que se pautó la visita de Maggi a nuestra ciudad, se estaba en búsqueda de alguien que reúna las condiciones para ganarse esta bicicleta. “El domingo a la noche recibí un mensaje donde me comentaban de la charla, yo ya sabía y tenía ganas de venir a verlo. También, estaba en conocimiento de la donación de la bici, pero no le dije nada a Tomás ya que no sabíamos si reunía las condiciones”, contó – emocionada - Valeria. Además, explicó que se trata de una bicicleta a la que se le puede sacar el mayor provecho para hacer diversos deportes adaptados. La misma tiene dos ruedas y la fabrican de acuerdo a las medidas y a la discapacidad que tiene Tomy. Asimismo, cabe destacar que tiene la posibilidad de ir adaptándose de acuerdo al crecimiento de Tomás, ya que actualmente tiene 10 años, es decir, está en plena etapa de desarrollo. Tomy es un niño muy querido por todos sus compañeros, amigos y conocidos. Actualmente, cursa cuarto grado en el Instituto Marista de nuestra ciudad donde, tal como lo cuenta su mamá, jamás pasó por algún tipo de discriminación. Este niño sufrió una parálisis cerebral que le afectó los miembros motores y la parte inferior. “Algunos padres, sobre todo los de antes, no aceptaban a los chicos con discapacidad. En mi caso, no sé porqué, siempre lo vi diferente, traté de integrarlo y de que se sienta como un chico más”, dijo Valeria. Antes de que Jean interactúe con los presentes, durante su propuesta se compartió un documental que da cuenta de su historia, de la poliomielitis que sufrió y de las diferentes metas que fue alcanzando a lo largo de su vida, entre ellas la odisea de escalar el Everest en una bicicleta adaptada, de similares condiciones a la que recibirá Tomás. “Al terminar la charla, le dije a mi hijo para saludar a Maggi y nos acercamos a él que estaba bajando por la rampa que, además, se inauguró ese día y lleva su nombre”, contó esta mamá que da cuenta de un amor inexplicable hacia su hijo. “Jean le preguntó cómo se llamaba, lo saludó y, en medio de una gran emoción, lo abracé y le hice saber que lo admiro”, agregó. Luego, Tomy y Juan entablaron conversación y Jean le pidió que se siente, le hizo hacer fuerza y enseguida exclamó, ¡“la bicicleta es para Tomy”! “No nos conocíamos previamente, fue todo muy espontaneo. Yo no sabía qué decirle, fue una gran emoción, lo único que me salían eran palabras de agradecimiento”, recordó Valeria. Y continuó, “nunca le puse techo a Tomás porque yo tampoco me lo pongo. Jean dijo que lo que piensa, se lo propone y lo logra. Y yo soy así, sobre todo en el ámbito deportivo que es como un cable a tierra”. Valeria, además de emocionarse en cada palabra, en cada detalle que brinda sobre el encuentro con Jean, expresa una gran confianza en su hijo. Tomás le preguntó si lo creía capaz de poder usar la bicicleta que le obsequiarán y de realizar diversos deportes, tal como lo hace Maggí. Su mamá, sin dudarlo, le respondió con un sí rotundo. Esta familia no conoce otra vida juntos y, al igual que Jean, son un ejemplo de superación constante. Juan Maggi Es una persona que sufrió poliomielitis y volvió a caminar tras 50 años gracias a una prótesis “biónica” que le permitió lograr la hazaña de escalar el Everest junto a una bicicleta especial. Luego de pasar por diferentes etapas de negación y de rechazo a su cuerpo, Maggi contó que a través del deporte se dio cuenta que podía lograr metas. "Allí asumí mi propia discapacidad y allá fuimos empezamos en la maratón de Nueva York y terminamos en la cima más alta del mundo a 5.460 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera del Himalaya", contó. Dejando en claro que después de la polio sentía que ya no había nada por perder y así fue como comenzó con la vida que lleva adelante hoy, y de la cual vino a dar testimonio en la Feria del Libro. Jean Maggi es cordobés, está casado y tiene cinco hijos. Antes de cumplir 40, tuvo un infarto y poco tiempo después, se encontró con el deporte. Hoy corre maratones, juega al tenis, practica golf y está muy entusiasmado con el ski, una actividad que cada vez lo atrapa más. Juan recuerda a todas las personas con alguna discapacidad que “no se queden encerradas en casa. Hay que salir. Y no hace falta correr maratones, está bien con dar la vuelta a la manzana”.

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