Entrevista 29 abril 2016

“Los animales son mi vida”, asegura Susana Calgaro

Ser proteccionista es respetar a los animales, ayudarlos, asistirlos, curarlos y buscarles un futuro mejor a aquellos que fueron abandonados a su suerte. Susana Calgaro es una de ellas y hoy, en el Día del Animal, lo celebramos difundiendo su labor. ¿Qué significan, para vos, los animales? Los animales son mi vida. Sabemos que sos una proteccionista de hace años… Me gustaría que nos cuentes cómo y cuándo empezaste a rescatar y salvar animales. Empecé de chica pero de eso me fui dando cuenta de grande, porque en mi casa siempre transitábamos animales, sólo que de grande comprendí lo que era. Y, ya de adulta, comencé hace unos 7 u 8 años y hace 5 que lo realizo con más fuerza aún cuando comprendí que era mi vocación, mi misión en el mundo. Y, obviamente, fui más consciente de su sufrimiento y de la necesidad de que alguien los ayude. Lo que depende pura y exclusivamente de nosotros. La protección de los animales es tu vida, entonces… Sí, sin darme cuenta lo tomé como un método de vida. Castro casi todos los días, también. Ya que creo que es la única forma de bajar el índice y que de una buena vez se termine el abandono y el maltrato porque, lamentablemente, no hay buenos hogares para todos. Por ello, evito fervientemente los nacimientos. ¿Cómo definís a la tenencia responsable? Es responsable por parte del que adopta y de quien da en adopción a un animal. En mi caso, antes de dar a alguno de mis hijos transitorios, me fijo bien quién es la persona, cómo es su casa y demás. Me aseguro lo más que puedo que sea el mejor hogar para ellos. Además, los entrego castrados o los castro llegado el momento en caso de que sea un cachorro. No hay posibilidades de que algún animal que pase por mis manos salga o quede sin castrar. Te ocupas de que no sólo tengan la buena voluntad de decirle sí a la adopción, sino que, también, de las condiciones en las que vivirá el animal. Claro, siempre busco que estén igual o mejor que conmigo. Busco patios cerrados, por ejemplo, y los sigo. Los paso a visitar siempre y si no me gusta como los tienen, los saco y los reubico. Busco la casa ideal de acuerdo a las necesidades de ese animal porque no todos los animales son para cualquiera por un montón de motivos. Si recordás, quisiera que nos cuentes alguno de los tantos casos que han pasado por tu vida en relación a lo que haces con tanto amor: buscarles una vida mejor a aquellos animales maltratados y abandonados. Tengo miles pero te cuento uno. Rafa, le puse por Rafa Nadal porque es un gran luchador. Lo conocí hace años en la YPF de la ruta, estaba flaco, destruido y lastimado. Yo me estaba yendo de viaje y llamé a mi amiga y vecina, Alicia, para que lo cure. Desde entonces, seguí en contacto con él. Un día desapareció y me dijeron que lo habían adoptado de una veterinaria de Corrientes. Me sonó muy raro y por eso lo busqué y lo encontré en Chajarí moribundo. Me lo traje a mi casa y de ahí comenzamos la odisea. Rafa tenía infección en los tres dientes que le quedaban ya que había tenido moquillo y se le cayó el resto. Entonces, lo alimenté con Ensure durante un mes hasta que, de a poco, pudo empezar a comer. Cuando estuvo listo, lo saqué en adopción. Lo adoptó una amiga. Hoy Rafa vive más que feliz en Santa Fe. Susana, al igual que otras personas de Chajarí, rescata animales con mucho amor y dedicación. No obstante, remarcan incansablemente la importancia de las castraciones para evitar la reproducción masiva, el abandono y el maltrato.

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